Minería del carbón, ¿es el fin de un ciclo?

Todos hemos visto y oído lo que está ocurriendo en las cuencas mineras. Todos estamos implicados en las reivindicaciones de este sector porque todos, en mayor o menor medida, hemos vivido de él. Los que tengan más edad recordarán cómo fueron los inicios, cómo fueron los años de esplendor; los más jóvenes sólo tendrán en su memoria el declive de las empresas mineras y el fin de la dependencia total de nuestra población de ese sector. Ya han pasado aquellos tiempos en los que todo giraba en torno a la contratación de la población activa en alguna empresa minera o, indirectamente, en alguna de las empresas que prestaban servicio a esas minas. La oferta laboral se fue diversificando. Ponferrada absorvió la población en edad laboral que no encajaba en la poca oferta que surgía del mundo del carbón.

Ahora vemos cómo llega el fin definitivo de ese ciclo. ¿Nos estamos rebelando ante lo inevitable?, ¿tiene sentido tanta lucha y tanto sufrimiento cuando, de forma inequívoca, el mundo de la minería ha llegado a su fin?.

El sector naval, siderometalúrigico, textil, agropecuario, construcción, etc, han visto otros finales de ciclo tan convulsos y violentos como este. La población dependiente de ellos superó el trauma y resurgió con otras alternativas productivas y laborales. Entonces, ¿es hora de llorar por el esplendor perdido o de buscar esas alternativas que vitalicen nuestra región y hagan resurgir con fuerza las alternativas socio-económicas?.